Un desayuno ideal y adecuado es aquel que presenta variedad en alimentos nutritivos. A los niños y niñas de escuelas infantiles no deben faltarles lácteos, cereales y fruta. Puede añadirse otros alimentos como embutido, huevo, aceite…
Si el desayuno es equilibrado y completo contribuirá a que los niños y las niñas tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades de la mañana. Todo es una cuestión de hábito. Si desde el principio  se acostumbran a desayunar bien, su organismo se habituará a esta costumbre, y le exigirá un buen desayuno todos los días, y  se sentirán satisfechos. De este modo estaremos previniendo lo que hoy es una preocupación mundial de los expertos de alimentación: la obesidad infantil.